No cierres la fábrica de tus sueños, la mayoría de las veces cuando crecemos y comenzamos a tener cada vez más responsabilidades, nuestra vida comienza a verse rutinaria. Pero es importante hacer un alto de vez en cuando y rescatar a nuestro niño interior y volver a soñar.
¡Vamos, cierra tus ojos, relaja tu mente y sueña de nuevo por lo que quieres!