La frustración no viene del hecho de no poder alcanzar tus sueños, si no del hecho de no poder ni siquiera empezar a perseguirlos.
No te conviertas en el espectador de tu propia vida. No aplaces más tus propósitos. Actúa, no vaya ser que lo que postergues sea el proyecto de tu vida.
Por falta de confianza, porque no aceptamos nuestra vulnerabilidad, por el miedo al fracaso, porque nos abandonamos, la falta de disciplina y peor aún, ese mal consejo que en su día nos dieron nuestros padres pensando que era lo mejor para nosotros…. Toda esa carga de potencial nos ha generado una incontrolable frustración y tal cual dolor.
Pero en lo más profundo de nosotros sabemos que tenemos un gran potencial por desarrollar, necesitamos ser, hacer y saber. Pero nos estamos ahogando con esa energía reprimida, con ese fuerte potencial dormido.
¿La razón? Es que nos pasamos la vida entreteniéndonos con superficialidades, pendientes del uno y del otro, del que dirán y de lo que no tengo que tiene el otro. Definitivamente no nos preocupamos por nosotros mismo.
Nos hemos traicionado a sí mismos porque hemos vivido ocultando nuestras aspiraciones y los más profundos deseos, los hemos tapados por falsas creencias limitantes y ese incontrolable miedo al fracaso. Hemos renunciado a algo que realmente deseamos y no por aceptación, sino por resignación, viviendo con una remota esperanza de que algún día de forma mágica todo va a cambiar; que nuestras vidas recobren el sentido y recuperemos todas las emociones que queremos realmente sentir en cada poro de nuestra piel y en lo más profundo de nuestro corazón.
¿Cuánto tiempo perderemos en demostrar ese gran potencial que tenemos? ¿Qué oportunidad estamos esperando para expresarnos?
Es hora de desmostrar al mundo quienes somos, lo que deseamos hacer, sentir y lo más importante: que te lo demuestres a ti mismo, porque no estás aquí para satisfacer las expectativas de los demás, sino las tuyas.
Es muy importante tener la sensación de darlo todo, de estar en el camino, de seguir progresando, de dejar de sentirse retenido por miedos o dudas; es el momento de ser honesto y fiel con nosotros mismo.
Recuerda que hay un trocito de ti que espera tú decisión para iniciar ese camino.