El gran clásico se presenta esta noche, 31 de diciembre.
– Con el cambio de año, millones de personas piden sus deseos, sueñan y proclaman sus nuevos propósitos llenos de buenas intenciones- con una copa de champán en la mano y grandes esperanzas en el corazón.
Pero generalmente esa energía y esas ilusiones pierden fuerza como el gas del mismo champán, o puede que algunos “tras la resaca” ni se acuerden de esos grandes propósitos.
Lo cierto es que todos tenemos deseos y aspiraciones que nos inspiran, pero más cierto aún es que la inspiración, la motivación y la euforia se evaporan como el aroma de nuestro perfume y lo que realmente permanece son las decisiones que podemos tomar. Y cuando hablo de decisiones son todas aquellas que nacen desde lo más profundo de nuestro corazón, así como los compromisos que debemos adquirir llenos de determinación, seguidos de nuestras acciones. Esto es lo que cambiará el rumbo de nuestra vida.
El cambio real debe estar seguido de la nueva y más pura energía, de acciones y sobre todo de tus hábitos, para que no se quede en un efímero y frágil deseo de buenas intenciones, y el próximo año no nos encontremos en el mismo lugar y repitiéndose la misma historia.
“Piensa, siente profundamente, quiere, perdona y enfoca tu más pura energía en lo que deseas”.
Mis más sinceros deseos para este nuevo año: SALUD.